¿CUIDAS TU IMAGEN?

POR Rafael Redondo Gonzalez
07/11/2020

Te voy a contar un poco más de mí, anteriormente me preocupaba bastante de la imagen que ofrecía al exterior, quería que la gente me viera bien físicamente, por lo que me preocupaba de mi aspecto físico, de mi ropa, de ir arreglado y bien perfumado, etc.

Tenía una vida, que vista desde fuera, podía ser idílica, lo tenía todo lo que una persona puede necesitar para ser feliz, tenía una familia estupenda, un trabajo estable, amigos, una casa, coche…, pero pese a todo eso, a mí me faltaba algo.

¿Y te preguntarás que es lo que yo notaba para sentir eso? Pues es muy sencillo, mis días podíamos decir que eran grises, que no eran emocionantes, que si mi vida fuera una película sería una película plana, con todo lo necesario para una historia feliz, eso sí, pero sin la chispa necesaria para ser una buena película.

Los días se me pasaban rapidísimos, y ello me llevaba a que la vida se me estaba pasando con la misma velocidad. No sé si a ti te pasa algo parecido pero mi sensación, lo que yo estaba sintiendo era que los años se iban cayendo del calendario a una velocidad vertiginosa, de repente estaba en Navidad y sin darme cuenta estaba preparando el bañador para las vacaciones de verano.

Esto me llevó a plantearme si pese a tener aparentemente todo en la vida, se me estaba escapando algo, algo que me estaba impidiendo vivir con mayúsculas, algo que estaba impidiendo que viviera una película digna de un Oscar.

Después de buscar y rebuscar fuera de mí, me di cuenta que el error estaba bastante más cerca de lo que yo pensaba, lo tenía delante y no lo veía, bueno mejor dicho lo tenía dentro de mí y no me estaba percatando.

No estaba cuidando a mi interior como estaba tratando a mi exterior, como estaba cuidando mi imagen. Me tenía totalmente abandonado, no me estaba prestando la atención que merecía y eso lo estaba acusando en forma de mi bienestar, me estaba llevando a sobrevivir, a tener días grises y poco emocionantes.

Empieza a cuidarte, a mimarte y sentirte bien por dentro, dedícate la atención que mereces y presta atención a lo que necestias para ofrecértelo.